Chile tiene la economía más desarrollada de América Latina y el nivel de ingresos más alto de la región. Pero, a pesar de sus fortalezas, hay un área en el que la nación sudamericana pareciera ser la más desafortunada: las catástrofes naturales.
Solamente en los últimos dos años, el país sufrió un devastador terremoto, un fuerte tsunami y, ahora, padece las consecuencias por la erupción de un volcán.Pero no se trata de hechos inusuales: en el último medio siglo Chile ha sufrido una seguidilla de desastres naturales.El más fuerte se dio el 22 de mayo de 1960, cuando el país registró lo que aún sigue siendo el mayor sEismo en la historia de la humanidad.
El llamado "Gran Terremoto de Chile", cuyo epicentro se localizó en la ciudad de Valdivia, en el sur del país, midió 9,5 grados en la Escala de Richter.
El movimiento generó un tsunami que arrasó con varias poblaciones costeras e incluso provocó víctimas del otro lado del Pacífico, en Japón, Hawaii y Filipinas.
Más de 2.000 personas perdieron la vida como consecuencia del temblor, y el sur del país quedó devastado.Chile es uno de los más proclives del mundo a sufrir temblores, debido a que está en el llamado Cinturón de fuego del Pacífico y gran parte de su territorio está expuesto al constante choque de la placa tectónicas de Nazca y la placa Sudamericana.
En 2010 se volvió a producir otro seismo que afectó algunas de las regiones más pobladas del país, incluyendo la capital, Valparaíso, Maule y Biobío.
Pero el Puyehue, que desde el 4 de junio emite largas nubes de ceniza que han paralizado el tránsito aéreo en varias partes de la región, no es el único volcán que entró en actividad en los últimos años.
En mayo de 2008, otro volcán, el Chaitén, también llenó de cenizas las zonas vecinas y obligó a la evacuación de unas 6.000 personas. Según el geólogo Andrés Folguera, el Puyehue y el Chaitén fueron los más conocidos pero no lo únicos volcanes que entraron en erupción recientemente en Chile.
"Varios de los cerca de 100 volcanes activos que tiene Chile entraron en actividad en los últimos 50 años, pero no se hizo conocido porque ocurrió en regiones remotas y porque los volcanes no generaron cenizas y por ende no provocaron trastornos en la región ni recibieron la atención de los medios", señaló el experto, presidente de la Asociación Argentina de Geología.
Los eventos naturales no se pueden evitar, pero a través del monitoreo sí se puede prevenir que se conviertan en una catástrofe humana.
Es muy triste el impacto de este fenómeno en la población, pero la naturaleza muchas veces nos traiciona y no podemos evitarlo. Miles de personas fueron evacuadas y otras muchas murieron.
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